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El
moderno símbolo matemático del infinito (y más antiguamente
del número 1000), y el del sol, que sustituye la “o” del
nombre Georg, son los detalles más enigmáticos de la Madre
de todos.
No
se mencionan en la carta del pintor. Las manchas de oro tienen la misma
disposición del grupo estelar de las Pléyades, observadas desde el
hemisferio septentrional. En
la mitología griega, esta constelación está ligada a la leyenda del
amor entre Artemisa y Orión.
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